Entrevista al director propalestino Udi Aloni de "Junction 48": "El hip-hop en numerosas ocasiones se ha convertido en el lenguaje de los oprimidos y al protagonista le sirve para denunciar la situación de Palestina"


ENTREVISTA A UDI ALONI
DIRECTOR DE: JUNCTION 48 (Cruce 48)

"El hip-hop se ha convertido en el lenguaje de los oprimidos"

En Junction 48 (presente también en Seminci Joven) Udi Aloni, firma, tras Forgiveness y una generosa colección de documentales, la historia polisémica de Kareem, un joven palestino que se enfrenta a través del hip-hop a las represiones que padece su colectivo.

¿Cuál es la importancia del hip-hop como vehículo dramático para protestar ante la situación de los jóvenes palestinos?

Tamer Nafar, coguionista de Junction 48 y que en la película interpreta al protagonista, es amigo mío desde hace quince años, y fue quien me brindó la inspiración a través de su modo de vivir la vida: no es que la película esté basada intrínsecamente en su experiencia, pero sí en su filosofía y en su modo de afrontar las cosas. En cuanto al hip-hop, concedo que no es la única manera de abordar los problemas, pero en numerosas ocasiones se ha convertido en el lenguaje de los oprimidos, y a Kareem le funciona porque es integrador en su vida, encaja con la manera en la que creció y le sirve para denunciar la situación de Palestina. Supone, además, un recurso bastante universal, porque la vida del gueto refleja en cierta manera a la de los artistas homólogos venidos de Norteamérica.

Junction 48 sostiene que los jóvenes palestinos se ven obligados a lidiar con una represión externa y una interna.

Podemos encontrar, por un lado, a los raperos nacionalistas judíos, que están basados en personajes reales. Personalmente uno de ellos, el más virulento, no creo que sea mal tipo, simplemente quiere impresionar a la ultraderecha y con su discurso consigue ser más papista que el papa. Ese podría ser parte de la represión externa, luego hay otros factores más internos como los problemas de todo hombre joven, el entorno criminal, el sistema de patriarcado. Son matices que han ayudado a que esta no sea, en última instancia, una simple película de propaganda.

"Espero que este trabajo abra el corazón de los espectadores europeos a los refugiados árabes"

En ese sentido, ¿representan a las mujeres palestinas dos personajes tan distintos como la madre de Kareem o su novia, Manar?

No me gusta pensar en que "representan" a ningún colectivo, no me considero ningún jungiano. Creo que hay mujeres que viven entre lo moderno y la opresión de sus familias, y hay gente que se siente dividida en sí misma. Lo importante de la madre para mí es que, cuando evoluciona y pasa de una izquierda secular a un islamismo más religioso, sus valores principales se mantienen intactos. Este detalle pretende derribar la frontera de que lo primero es bueno y lo segundo, por definición, es malo. Volviendo a la pregunta, en Junction 48 quería mostrar algo realmente fuerte desde el lado femenino, en una película que, de otra manera, hubiera reflejado exclusivamente la vida de un hombre.

¿A quién va dirigida la película?

Es importante señalar que Junction 48 no viene para enseñar nada, y que habla tanto a los espectadores occidentales como a su propia comunidad. Por un lado, rompe estereotipos, pero para su propia comunidad también conserva la capacidad de plantear una serie de discusiones interesantes. Los espectadores de Seminci deben ir con la intención de ver una película disfrutable y seductora. Si hay gente con un sentimiento político grande hacia Palestina, lo disfrutarán a otros niveles, pero también se vertebra una historia de jóvenes por el mundo que están experimentando  unas frustraciones universales. Si tuviera que pedir algo, espero que este trabajo abra el corazón de la gente europea hacia los refugiados árabes.

¿Cambia mucho su perspectiva como director a la hora de abordar un documental o un trabajo de ficción?

Desde luego. La ficción supone más dinero y, por ende, más responsabilidades. Además, en uno de estos trabajos puedes permitirte el lujo de decir ciertas verdades que no se tolerarían en un documental. En cambio, en estos se captura una belleza que no se puede trasponer a los trabajos de ficción. Ambos son experiencias muy hermosas, pero creo que ahora disfruto más con la ficción.

Fuente: Revista 71, SEMINCI 2016