Nosotras,
defensoras de los Derechos Humanos y de la lucha no violenta del pueblo
palestino por sus derechos establecidos por la ONU, hemos sido acusadas
de delitos en relación con los acontecimientos que tuvieron lugar en
agosto de 2015 durante el festival de reggae Rototom Sunsplash de
Benicàssim. Consideramos que esto es una violación flagrante de la
libertad de expresión y un intento de criminalizar y reprimir nuestro
derecho democrático a la defensa de los Derechos Humanos tanto en
nuestros territorios como internacionalmente.
Hemos sido acusadas
por Abel Isaac de Bedoya de cometer actos de amenazas, coacciones e
incitación al odio a raíz de nuestra campaña pacífica para convencer al
Festival Rototom Sunsplash de cancelar la invitación de un artista con
un
historial de defensa de crímenes de guerra y de violaciones graves de los Derechos Humanos, de incitación al odio racial, de
negación
de la existencia del pueblo palestino, y con documentadas conexiones
con grupos extremistas y fundamentalistas violentos. La identidad del
artista nunca ha tenido ningún tipo de relevancia en nuestra campaña.
Consideramos que cualquier persona -independientemente de su identidad-
que defiende y/o colabora con este tipo de crímenes extremistas,
racistas y violentos no es coherente con un festival, como el Rototom
Sunsplash, que tiene una larga trayectoria de compromiso con la paz y
los Derechos Humanos.
Toda nuestra campaña destinada a convencer
al festival de que cancelara la invitación de este artista se llevó a
cabo a través de canales públicos como Twitter, en ejercicio de nuestra
libertad de expresión y de la acción política legítima no violenta . En
el verano de 2014, el año anterior, las bombas israelíes caían sobre
Gaza y asesinaron más de 2.100 personas (incluyendo más de 500 niñas y
niños). En aquellas semanas, la organización del Foro Social del Rototom
Sunsplash invitó BDS País Valencià, grupo al que pertenecen algunas de
las acusadas de hoy, para
participar en su foro de debate.
Allí estuvimos acompañadas del periodista David Segarra, superviviente
del asalto del ejército israelí a la Flotilla de la Libertad en 2010, en
el que fueron asesinadas 10 personas. Matisyahu
justificó este ataque que casi acaba con la vida de este periodista valenciano.
El letrista del artista, Ephraim Rosenstien, es él mismo un
colono en una colonia ilegal de Cisjordania. Rosenstien está
vinculado a Honenu, una organización israelí que
defiende
el terrorismo de los colonos que diariamente atacan la población
palestina para expulsarla de sus tierras. El mismo Matisyahu, un mes
después del Rototom 2015,
se dio la mano alegremente con un líder de los colonos
en Cisjordania mientras afirmaba “ganamos la batalla” (del Rototom).
Las colonias israelíes de Cisjordania no solo violan el derecho
internacional y han sido condenadas recientemente por el Consejo de
Seguridad de la ONU en su resolución 2334 del 23/12/2016, sino que
acogen a colonos que atacan violenta y cotidianamente a la población
palestina, como el colono israelí que quemó vivos hasta la muerte a un
bebé palestino de 18 meses, a su madre y a su padre menos de tres
semanas antes del inicio del Rototom 2015. No podemos olvidar tampoco
como Matisyahu puso su música y su trabajo al servicio de la
organización de Amigos del Ejército Israelí (FIDF), que recauda fondos
para el ejército del Estado de Israel, que masacró, reiteramos, más de
500 niñas y niños de Gaza en el verano de 2014.
Consideramos que estas falsas acusaciones contra nosotras son parte de una
estrategia
mucho más amplia, financiada y dirigida por Israel y sus grupos de
presión, para criminalizar las campañas pacíficas y los apoyos a los
Derechos Humanos del pueblo palestino, y, en particular, contra el
movimiento Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) por la libertad
palestina, la justicia y la igualdad. Evocando el período más oscuro de
la represión en la Sudáfrica del apartheid, la estrategia de Israel para
luchar contra BDS emplea la
guerra legal, el
espionaje y una
intensa propaganda.
Impulsada
en 2005 por más de 170 organizaciones de la sociedad civil palestina,
el movimiento de Derechos Humanos BDS hace un llamamiento a las personas
de conciencia, las organizaciones de la sociedad civil, confesiones,
sindicatos y colectivos de base para aplicar una presión no violenta al
sistema de ocupación, apartheid y colonización de Israel con el objetivo
de conseguir la aplicación del derecho internacional y los Derechos
Humanos.
El movimiento BDS se inspira en la lucha sudafricana
contra el apartheid y en los boicots internacionales que ayudaron a
alcanzar sus objetivos, así como por el movimiento por los derechos
civiles de Rosa Parks, Martin Luther King o Nelson Mandela.
Respetamos
los principios del movimiento BDS, que rechaza todas las formas de
racismo, incluido el antisemitismo. El apoyo judío a BDS ha aumentado
considerablemente en los últimos años, especialmente en Estados Unidos,
donde
una encuesta realizada en noviembre de 2014 por parte de un lobby de Israel, revelaba que el 46% de los hombres judío-estadounidenses no ortodoxos menores de 40 años apoyan un boicot total a Israel.
Se
esté de acuerdo o no con el movimiento BDS y con sus tácticas, hay que
aceptar que la defensa de los derechos palestinos en virtud del derecho
internacional a través de un movimiento no violento, inclusivo y
antirracista, como es el BDS, es absolutamente legítimo bajo la libertad
de expresión. Esta es precisamente la
posición oficial de la Unión Europea (UE).
Federica Mogherini, jefa de la diplomacia de la UE,
dijo:
“La UE se mantiene firme en la protección de la libertad de expresión y
la libertad de asociación de acuerdo con la Carta de los Derechos
Fundamentales de la Unión Europea, aplicable en el territorio de los
Estados miembros de la UE, incluyendo las acciones de BDS realizadas en
este territorio. La libertad de expresión, tal como se subraya en la
jurisprudencia de la Corte Europea de Derechos Humanos, también es
aplicable a la información o las ideas que puedan ofender, chocar o
perturbar el Estado o cualquier sector de la población.”
Además de la UE, los gobiernos de
Suecia, Irlanda y Países Bajos, así como las principales organizaciones internacionales de Derechos Humanos, entre ellas
Amnistía Internacional, la
Federación Internacional de Derechos Humanos y la Unión de Libertades Civiles Americana (
American Civil Liberties Union), han defendido el derecho de llamar al boicot contra Israel como una cuestión indisociable de la libertad de expresión.
Apoyan
o atienden al BDS personalidades internacionales del peso del
científico Stephen Hawking, el Premio Nobel de la Paz Desmond Tutu, el
superviviente del campo de concentración nazi de Buchenwald y coautor de
la Declaración Universal de los Derechos Humanos, Stéphane Hessel, o
supervivientes del Holocausto como Hajo Meyer, Hedy Epstein, Suzanne
Weiss, Alfred Grosser y Chava FolmanRaban, los cuales han pedido el fin
de la ocupación, el apartheid y la colonización en Palestina. En agosto
de 2014,
centenares de víctimas judías del Holocaustopidieron el “boicot completo” a Israel.
Como
defensoras moralmente coherentes de los Derechos Humanos, denunciaremos
y haremos públicas las manipulaciones y mentiras lanzadas contra
nosotras por el lobby de Israel y sus partidarios en el Estado español y
llamaremos a la movilización de las redes de apoyo mutuo y solidaridad.
Toda aquella persona a quien le importe la protección de los Derechos
Humanos, y de los derechos políticos, especialmente el derecho a la
libertad de expresión, verá esta caza de brujas contra nosotras como una
amenaza al principio de la libertad de expresión y un intento de
silenciar la solidaridad con las causas de los Derechos Humanos, como la
causa del pueblo palestino.
Os pedimos nutrir esta red de solidaridad. Firma y haz correr la voz.
Adhesiones: enviar email con nombre, apellidos y profesión en el asunto a: defensemddhh@gmail.com
Defend human rights, defend freedom of expression
Campaign for freedom of expression and against criminalisation of solidarity with Palestine
We,
human rights defenders from different backgrounds who support the
nonviolent struggle of the Palestinian people for its UN-stipulated
rights, have been accused of crimes in connection with events that took
place in August 2015 during the Rototom Sunsplash reggae festival in
Benicàssim. We consider this a flagrant violation of our freedom of
expression and an attempt to criminalize and suppress our democratic
right to defend human rights at home and internationally.
We have been accused by
X
of committing acts of “threat and coercion” and “hate crime” for our
peaceful campaigning to convince the Rototom Sunsplash Festival to
cancel the invitation of an artist based on his track record of
defending war crimes and gross violations of human rights, incitement to racial hatred,
denial
of the existence of the Palestinian people, and documented connections
to extremist and violent fundamentalist groups. The artist’s identity
has
never been relevant to our campaign. We consider anyone,
regardless of his/her identity, who advocates for such extremist, racist
and violent crimes as not in harmony with the human rights and peace
principles and spirit of this progressive festival.
Our entire
campaign to convince the festival to cancel the invitation of this
artist was conducted through public channels such as Twitter, exercising
our freedom of expression and legitimate political freedom. In the
summer of 2014, the previous year, the festival organisers had invited
some of today’s defendants to take part in its social forum, even as
bombs fell on Gaza, murdering over 2,100 people (including over 500
children).
The artist’s lyricist, Ephraim Rosenstien, is himself a
settler in an illegal West Bank colony. Rosenstein is
associated with Honenu, an Israeli legal organization that
defends settler terrorists who violently attack Palestinians to push them off their lands.
We consider the false accusations against us to be part of the much wider, well-funded
campaign
led by Israel and its lobby groups,, to demonize or criminalise
peaceful campaigning for Palestinian human rights, and in particular
the Boycott, Divestment and Sanctions (BDS) movement for Palestinian
freedom, justice and equality. Evoking memories of the darkest period of
repression in apartheid South Africa, Israel’s strategy for fighting
BDS employs
legal warfare,
espionage and
intensified propaganda.
Launched
in 2005 by over 170 Palestinian civil society organisations and unions,
the BDS human rights movement calls on people of conscience, civil
society organizations, churches, unions and grassroots groups to apply
non-violent pressure on Israel’s system of occupation and injustice in
order to achieve Palestinian rights as stipulated in international law.
BDS
is inspired by the South African struggle against apartheid and the
worldwide boycotts that helped to achieve its goals and also by the
Civil Rights movement led by Rosa Parks, Martin Luther King and Nelson
Mandela.
We respect the principles of the BDS movement, which
rejects all forms of racism, including anti-Semitism. Jewish support for
BDS has risen sharply in recent years, especially in the US, where one
poll conducted in November 2014 by an Israel lobby group reveals that
46% of non-Orthodox Jewish-American men under 40 support a full boycott of Israel.
Whether
one agrees or disagrees with the BDS movement and its tactics, one has
to accept that advocating for Palestinian rights under international law
through the nonviolent, inclusive and anti-racist BDS movement is
perfectly legitimate under freedom of expression. This is precisely what
the
European Union’s official position is.
Federica Mogherini, the chief of the EU diplomacy,
said:
“The EU stands firm in protecting freedom of expression and freedom of
association in line with the Charter of Fundamental Rights of the
European Union, which is applicable on EU Member States’ territory,
including with regard to BDS actions carried out on this territory.
Freedom of expression, as underlined by the case law of the European
Court of Human Rights, is also applicable to information or ideas ‘that
offend, shock or disturb the State or any sector of the population.’”
In addition to the EU, the governments of
Sweden, Ireland and Netherlands, as well as leading international human rights organizations, including
Amnesty International, the
International Federation for Human Rights (FIDH) and the
American Civil Liberties Union, have defended the right to call for a boycott against Israel as a matter of freedom of speech.
BDS
is supported or heeded by international figures of the weight of the
scientist Stephen Hawking, the Nobel Peace Prize laureate Desmond Tutu,
the survivor of the Buchenwald Nazi concentration camp and co-author of
the Universal Declaration of Human Rights the late Stéphane Hessel,
Holocaust survivors such as the late Hajo Meyer, the late Hedy Epstein,
Suzanne Weiss, Alfred Grosser and Chava Folman Raban, who have demanded
an end to colonisation, occupation and apartheid in Palestine.
As
morally-consistent human rights defenders, we shall expose the
fabrications and lies thrown at us by Israel’s lobby and its supporters
in the Spanish State and mobilize our networks of grassroots support and
solidarity. Everyone who cares about protecting our civic rights,
especially our right to free speech, will see this witch hunt against us
as targeting the principle of freedom of expression and attempting to
silence solidarity with human rights causes, including the cause of the
Palestinian people.
We ask you to nurture this network of solidarity. Sign and spread the word.
To suport: send an email with name, surname and profession in the subject to: defensemddhh@gmail.com