
LA NAKBA
PALESTINA (1947-1949):
UN "SOCIOCIDIO"
POR: PROFESOR DR. BICHARA KHADER
Univers idad Cató lica de Lo vaina
Fuente: Revista PALESTINA DIGITAL – mayo 2017 – número 66
Entre 1917 y 1947, Palestina fue rehén de las maniobras británicas.
Cuando en 1917 con
la Declaración Balfour los británicos prometieron a los judíos europeos "un hogar nacional judío en
Palestina", estos
representaban un 6 %
de la población y
apenas poseían el 1 % del territorio. Durante los 26 años del Mandato británico (1922-1948) los flujos de inmigrantes judíos
transformaron la composición demográfica de Palestina y en 1947
los judíos representaban ya
el
33 % de la población total. Sin embargo no poseían más del 6 % del territorio.
Claramente el
apoyo
británico al movimiento sionista
fue
decisivo, si bien
dicho apoyo no tenía motivos
filantrópicos. Nada más lejos : en el contexto de Medio Oriente después de la primera guerra
mundial, se produjo la coincidencia entre el objetivo sionista de colonizar Palestina y el objetivo británico de asegurarse una base de apoyo en las cercanías del canal de Suez, de modo que Gran
Bretaña utilizó el sionismo en interés de su estrategia imperial.
Pero el hecho de que el papel de Gran Bretaña haya sido nefasto en la tragedia palestina, no
debe ocultar la responsabilidad
del movimiento sionista que, desde su primer Congreso en Basilea en 1897,
decidió establecer un Estado Judío en Palestina, lo
que
significaba clara y rotundamente la " des-arabización"
del
territorio palestino.
O
dicho de
otro
modo
« la invisibilidad de su pueblo"
para permitir
su " judaización".
El
eslogan sionista del inicio del
siglo XX, " una tierra sin pueblo para un pueblo sin tierra" es el núcleo duro de la ideología
del
movimiento.
Chaim Weizmann, dirigente sionista, lo reconoce cándidamente:"
Si se lee los textos sionistas... no se encuentra casi ninguna mención de los Árabes".
Pero los palestinos existían, habitaban su tierra y la defendieron como lo revelan las numerosas revueltas que jalonaron los años entre la dos Guerras Mundiales. Ben
Gurion, futuro presidente de Israel, hace
esta sorprendente declaración:" Políticamente somos los agresores y ellos se
defienden. El país es suyo porque ellos lo habitan,
mientras nosotros queremos venir aquí a implantarnos".
Pero el objetivo del movimiento sionista no se limitaba a "implantarse en tierra palestina" sino que necesitaba
también " desarraigar
a su pueblo". Se tomaron todo tipo de medidas,
simbólicas, institucionales, financieras para controlar el espacio palestino a través de
conceptos
coloniales como la "
inalienabilidad de las tierras conquistadas por los judíos o el " trabajo judío" que prohibía a
los palestinos seguir trabajando en esas tierras.
Durante la 2ª Guerra Mundial
el movimiento sionista ya estaba sólidamente implantado en
Palestina, pero sus dirigentes fueron conscientes
de
que « el momento británico » se estaba
acabando y habían empezado a trasladar el dispositivo del «Lobby pro-sionista»
a Estados
Unidos. Después de haber sido sus patrocinadores, los británicos comenzaron
a ser
percibidos
como obstáculo para la creación del Estado de Israel. A mediados de la década de los 40, grupos armados sionistas como el Stern, el Irgun o el Palmach
lanzaron una ola de actos terroristas contra palestinos y británicos. El 22 de Julio 1946 un atentado contra el hotel King David , cuartel general del ejército británico en Jerusalén, llevado a cabo por el grupo terrorista Irgun Zvai Leumi, causó más de 90 muertos.
A partir de ese momento, pese a la costosa presencia de casi 100.000 soldados británicos en
Palestina (es decir un soldado por cada 18 habitantes), los ingleses se vieron incapaces de controlar la situación.
El
18 de Febrero 1947, Gran Bretaña arrojaba la toalla. El ministro de exteriores Ernest Bevin anunciaba ante el Parlamento: "...Hemos
decidido pedir a las Naciones
Unides una solucion,", mientras la opinión pública
reclamaba el fin de la aventura británica en
Palestina con el eslogan "bring the boys home". El 28 de abril de 1947, la Asamblea General de
la ONU
fue convocada en sesión extraordinaria en Flushing
Meadows para examinar la petición
británica de poner fin a
su Mandato en Palestina.
“SOCIOCIDIO”
A partir de este momento, en Palestina se
prepara un mayor desastre: el exilio forzado de dos
tercios de su población árabe, que algunos han calificado de “SOCIOCIDIO”. El “SOCIOCIDIO”,
explica el historiador palestino Saleh Abdel Jawad, es "un concepto que significa la destrucción
total de los palestinos,
no solo en tanto que entidad política o grupo político nacional sino en
tanto que sociedad". Para poner en contexto esta idea
es necesario un breve repaso histórico.
En 1947, Gran Bretaña remite
la cuestión palestina a la ONU. Varias comisiones se ponen a trabajar para proponer soluciones.
Se forman grupos de trabajo, se redactan y se rechazan
sucesivos planes: plan de autonomía provincial, plan federal, plan confederal etc. Finalmente la
Asamblea General de la ONU
encarga una " Comisión ad hoc"
(23 de Septiembre 1947) para hacer propuestas definitivas. Se presentan dos propuestas: la partición (división) de Palestina
en dos estados y el Estado Federal. Los sionistas se opusieron al plan federal: querían un Estado judío. Y es finalmente el plan de partición el que adopta la Asamblea General con 25 votos a
favor, 13 en contra y 19 abstenciones o ausencias. Los Estados Unidos usaron todos los medios a
su
alcance para asegurar el voto de la Asamblea: presión financiera, intimidación
diplomática, amenazas
a estados de América Latina para forzarlos a apoyar el Plan de Partición
(véase mis libros "Histoire de la Palestine" y
" Los Hijos de Agenor, Europa y Palestina desde las Cruzadas hasta el siglo XXI"). *1
Los judíos acogieron la resolución con júbilo; los palestinos con tristeza y desconcierto.
La resolución dividía Palestina en 6 regiones principales: tres de ellas (56 % de la superficie total) debían formar
el
Estado Judío y las tres
otras (43,35 %) debían formar el estado Palestino, mientras que Jerusalén y
sus alrededores (0,65%) se convertían en zona internacional.
Para entender la ira y el dolor de los palestinos es necesario
precisar que a los judíos que
representaban el 33 % de la población y poseían
solamente el 6 % de la superficie total, la ONU les otorgó el 56 % del territorio. A esta injusticia primordial se añade un verdadero proceso de « purificación
étnica » llevado a cabo en modo
planificado por los grupos armados
sionistas en
los meses previos y posteriores
a la creación del Estado de Israel el 15 de mayo 1948. Esta limpieza étnica está íntimamente vinculada al proyecto mismo de un Estado « mayoritariamente judío ». De hecho mientras el
territorio reservado al Estado Palestino era demográficamente homogéneo (725.000 árabes y 10.000 judíos), el territorio reservado al Estado Judío comprendía 272
pueblos árabes, 183 pueblos judíos y una población casi equivalente de 509.780 árabes y 499.000 judíos. Claramente el plan de partición llevaba el germen de la
catástrofe palestina.
A partir de la aprobación del Plan de Partición de la ONU el 29 de
noviembre de 1947, se puso en marcha una política
sistemática de
limpieza étnica en Palestina. El 10 de
marzo de 1948 los
dirigentes sionistas con Ben Gurion a la cabeza decidieron poner en práctica el llamado Plan
Dalet que establecía
la estrategia
militar a seguir
para
vaciar de población árabe el territorio. Entre las recomendaciones del plan figura el siguiente párrafo tal como lo recoge el historiador
israelí Ilan Pappe en su libro «La limpieza étnica de Palestina».
Estas operaciones pueden llevarse a cabo de la siguiente manera: ya sea
destruyendo las aldeas
(prendiéndoles fuego, volándolas y poniendo minas entre los escombros) y en especial aquellos
asentamientos
que
resulta difícil controlarde forma constante; o bien organizando operaciones
de
peinado y control según estas directrices: se rodea las aldeas, se realiza una búsqueda dentro de ellas. En caso de resistencia, lo efectivos armados
deben ser liquidados y la población
expulsada fuera de las fronteras del Estado. *2
La estrategia consistió en atacar pueblos palestinos, masacrar a sus habitantes, y forzar al resto
a un exilio definitivo sin posibilidad ninguna de " retorno".
El historiador Israelí, Benny Morris, lo
dice
sin rodeos:" Durante la mayor parte
de
1948, las ideas sobre cómo consolidar y eternizar el
exilio palestino comenzaron a cristalizar y se percibió de inmediato que la destruccción de aldeas era un medio primordial para lograr este objetivo". * 3
El académico y escritor palestino Walid Khalidi da la cifra de 418 localidades palestinas destruidas en los meses previos y posteriores
a la
creación del Estado de Israel, otras fuentes
cifran en 531 las aldeas palestinas destruidas o transformadas en Kibboutzim, Nahalim o Moshavim. Casi los dos tercios del pueblo palestino (731.000) fueron forzados al exilio entre diciembre de 1947 y junio de 1948. Es une terrible Nakba (desastre) personal y
nacional.
El caso de la
masacre de los habitantes de Deir Yasin es el más emblemático. La aldea cercana
a Jerusalén fue asaltada por tropas del grupo armado
sionista, Irgun, el 9 de Abril de 1948. El delegado de la Cruz Roja en Jerusalén,
Jacques Reyner que fue uno de los primeros testigos en llegar al lugar de la matanza lo describe así: «Trescientas personas han sido asesinadas sin motivo militar alguno o provocación de ninguna especie, ancianos, mujeres, niños, recién nacidos, han sido salvajemente
asesinados con granadas y cuchillos por tropas judias de la Irgun
perfectamente controladas y
dirigidas por sus líderes ». *4
Más tarde, Menachem Begin, responsable de la matanza,
escribió en su libro de memorias La Rebelión: «Sin la victoria de Deir Yasin, no hubiera
existido el Estado de Israel»*5.
En otras palabras,
sin
el éxodo palestino (es decir sin la limpieza étnica) el Estado de Israel no hubiera visto la luz como " estado judío". De hecho, antes de la proclamación del Estado de Israel, es decir antes del estallido de la primera guerra entre Israel y los Estados árabes, casi 360.000 palestinos habían ya sido forzados al exilio. Datos que contradicen uno de los argumentos de la propaganda israelí que atribuye a la guerra declarada por los estados árabes a Israel, la responsabilidad de la tragedia de los refugiados palestinos.
En la tarde del 14 de mayo 1948, sir Allan Cunnigham, séptimo y último de los altos comisarios
británicos en Palestina, embarcó en el crucero Euryalus.
Fue el fin de la Mandato Británico.
Al día siguiente, 15 de mayo de 1948, Ben Gurion proclamó el Estado de Israel. Y exactamente once
minutos después de esta proclamación, los Estados Unidos reconocían el gobierno provisional
presidido por David Ben Gurión como autoridad de facto del nuevo estado de Israel.
Presionados por sus pueblos los Estados árabes
intentaron hacer fracasar el proyecto sionista. Pero Israel salió victorioso de la contienda militar y amplió sus fronteras gracias a nuevas
conquistas territoriales,
acompañadas de nuevos éxodos palestinos y de nuevos desarraigos. Durante mucho tiempo, la propaganda sionista ha sostenido que los refugiados palestinos se marcharon para huir de los combates, acusando así los palestinos de su propia desgracia (es un
leimotiv de la propaganda israelí hasta nuestros días),
o que los Estados árabes les aconsejaban incluso les ordenaban marcharse. Y por mucho tiempo Occidente, sordo y ciego frente a hechos
innegables,
ha dado crédito a esta propaganda. La
realidad es que fue un
«sociocidio programado», la destrucción sistemática de una sociedad, de un pueblo. Los dirigentes israelies
, entre ellos Ben Gurion, aludían a la limpieza étnica con el eufemismo de « traslado coercitivo » ( forced transfer). Ya en 1940 Joseph Weitz, director del Fondo Agrario Judío, vaticinaba: « No
debemos dejar una sola aldea, ni una sola tribu».
En su libro «Palestina, historia de un conflicto » Clara Ma.Thomas de Antonio cita un documento (Route 181) en el cual un judío israelí de 73 años, que participó en la llamada " « Operación Escoba » cuenta, orgulloso, aquellas hazañas de juventud:
"...Los echamos de la región para crear una continuidad
territorial judia. Formábamos
una cadena. Estábamos bien armados, evidentemente. Éramos el regimiento Iftah, un batallón de 1.500 hombres...les perseguíamos. Avanzábamos
echándoles hacia Jordania. Hasta una región
de
la que no pudieran volver".
Teresa Aranguren en «Palestina: el hilo de la memoria» recoge el testimonio
de un refugiado que
describe la masacre de Tantura, aldea situada en la zona costera al sur de Haifa: «Los de Tantura eran muy testarudos y no quisieron abandonar su pueblo...cuando los soldados
(sionistas) entraron en el pueblo, separaron a las mujeres y los niños y las mandaron en camiones
hasta Tulkarem. A los hombres los dividieron en grupos, los colocaron en distintos lugares del
pueblo y los ametrallaron a todos».*5
Estos hechos, entre tantos otros, hacen añicos
la propaganda israelí de que los palestinos
simplemente huyeron de la zona de combates y arroja otra luz sobre el famoso eslogan sionista,
ampliamente repetido desde 1948 hasta nuestros días, de que el ejército
israelí es el más «ético»
de
los ejércitos.
Claramente se trata de un "sociocidio" programado. Y este sociocidio fue acompañado también
de un "memoricidio" como lo reconoce el mismo Moshe Dayan, en sus memorias, cuando
señala: «No
hay
ninguna aldea, pueblo o ciudad en Israel que
hoy
tenga un nombre hebreo, que antes no tuviera
un nombre árabe... debemos reconocer que nuestro país los hemos
construido sobre los Árabes».
Alarmados por la atrocidad de los acontecimientos
y por el riesgo de que la situación
derivase en
conflagración regional, estadounidenses y
franceses propusieron a la ONU enviar a Palestina
un
mediador encargado de buscar una « salida pacífica del atolladero palestino ». El Conte
Bernadotte, sobrino del Rey de Suecia, fue el encargado
de esta mediación. En el informe que Bernadotte acabó de redactar en la noche del 15 al 16 de Septiembre de 1948, se afirmaba:
« Numerosos informes de fuentes fiables hablan de robos, pillaje y saqueos a gran escala así como casos de destrucción de aldeas sin aparente necesidad militar. La responsabilidad del gobierno
provisional israelí de devolver la propiedad privada a sus dueños árabes y de indemnizar a esos dueños
por
la propiedad destruida desenfrenadamente, es clara. » En
ese mismo informe
Bernadotte
hace
las sugerencias siguientes : añadir la Galilea Occidental al estado de Israel, atribuir el Negev al Estado Árabe, unir la
Cisjordania a Transjordania, internacionalizar Jerusalén
y permitir
el "retorno de los refugiados
palestinos a sus hogares".
Esta última sugerencia resultaba inadmisible para las autoridades del recién creado Estado de Israel que querían un estado judío, no un estado binacional. El 17 de Septiembre 1948, es decir al día siguiente de presentar su informe, Bernadotte y su acompañante el coronel francés Andre Serot fueron asesinados por el grupo terrorista judío, Stern.
El 11 de diciembre de 1948 la Asamblea General de las Naciones Unidas adoptó la resolución
194 cuyo artículo 11 «resuelve que debe permitirse a los refugiados
que
deseen regresar a sus
hogares y vivir en paz con sus vecinos que lo hagan lo antes posible y que deberán pagarse
indemnizaciones a título de compensación por los bienes de los que decidan no regresar
a sushogares y por todo bien perdido o dañado cuando en virtud de los principios del derecho internacional y por razones de equidad esta pérdida o este daño deba ser reparado por los
Gobiernos o
autoridades responsables".
Esta
resolución como muchas
otras cayó en saco roto. Lo que
no
impidió al sucesor de
Bernadotte, el Dr. Bunche, presidir la firma de acuerdos de armisticio
entre Israel y Egipto el 24 de febrero
1949, seguidos por otros acuerdos
con Líbano el 23 de marzo, con Jordania el 3 de
abril y con Siria el 20 de julio. Claramente los Estados árabes firmaban su derrota política y
militar. A finales de 1949, Israel dominaba el 78 % del territorio palestino. Despezado y fragmentado,
el
pueblo palestino se dispersó en el exilio o en campos de refugiados en
Cisjordania, Gaza, Jordania, Líbano y Siria. En diciembre de 1949, el número de refugiados
palestinos registrados por Naciones Unidas alcanzaba la cifra de 940.000. Ese mismo año, la ONU creó la UNRWA (United Nations
relief and works agency), una agencia especial encargada de atender las necesidades (alimentarias, sanitarias y educativas)
de
los refugiados
palestinos. La agencia tenía
en principio un caracter provisional, «hasta que los refugiados puedan regresar
a sus hogares ».
La historia retendrá de este periodo trágico de la historia de Palestina, el profundo desprecio de
la potencias occidentales (comprendida
la Unión Soviética) hacia la dignidad de los pueblos árabes y el intento deliberado de hacer pagar al pueblo palestino la tragedia de los judíos
europeos, la
Shoah, de la QUE NO ES EN ABSOLUTO RESPONSABLE.
Hasta nuestros días, la tragedia
palestina sigue siendo una herida abierta, una Nakba permanente
que es una vergüenza para Israel,
para Occidente y para la Comunidad Internacional.
Bichara KHADER. Histoire de la Palestine (3 volumes) Maison Tunisienne de l'Edition, Tunis .Tunis, 1975-
1976
Bichara KHADER: ; Los hijos de Agenor, Europa y
Palestina desde las Cruzadas hasta el siglo XXI , Ediciones Bellaterra, Barcelona,2000
Ilan Pappe: La Limpieza étnica de Palestina. Edt
Crítica , Barcelona 2008
Benny Morris: The Birth of the Palestinian Refugee Problem, 1947-1949… Middle East Library.
Cambridge, 1987
Jacques Reynier. A Jerusalem un drapeau flottait sur la ligne de feu. Ed. de la
Braconnière, Paris, 1950
Teresa Aranguren. Palestina: el hilo de la
memoria. Edt Barataria 2011