OLA DE SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
CON PALESTINA
CONCENTRACIÓN
19 de octubre de 2015, lunes
20.00 horas
Plaza de Fuente Dorada
A partir de este fin de semana: 16-18 octubre
¡Solidaridad con la resistencia popular palestina! ¡Boicot a Israel ahora!
#SolidarityWaveBDS
¡Solidaridad con la resistencia popular palestina! ¡Boicot a Israel
 ahora! -
Tanto si la fase actual de intensificación de la represión israelí y la resistencia popular palestina deriva en una intifada en
 toda regla o no, una cosa ya es evidente: una nueva generación de 
palestinos y palestinas está siguiendo los pasos de las generaciones 
anteriores, levantándose en masa contra un brutal régimen de ocupación, 
colonialismo y apartheid israelíes que lleva muchas
 décadas.
Los
 gobiernos del mundo, especialmente en Occidente, están llamando a esto 
un “ciclo de violencia” del que ambas partes tienen la culpa, ignorando 
la causa fundamental
 de este conflicto colonial, así como su propia complicidad en 
permitirle a Israel mantenerlo y violar el derecho internacional con 
total impunidad. Casi toda la población palestina hoy está llamando a un
 boicot total y a aislar internacionalmente a Israel,
 en todos los campos, igual que se hizo con el apartheid sudafricano.
En
 esta última ronda, Israel ha avivado las llamas de la resistencia 
popular palestina intensificando sus ataques contra el complejo de la 
mezquita de Al-Aqsa
 (el Noble Santuario), ubicado en el corazón de la Ciudad Vieja de 
Jerusalén, ocupada por Israel. Grupos de colonos judíos fundamentalistas
 y fanáticos, respaldados por el gobierno israelí, han profanado 
reiteradamente la Explanada de las Mezquitas, a menudo
 insultando verbalmente a los fieles con un vil racismo y llamando 
abiertamente a la
 destrucción de la mezquita. Esto ha provocado la ira y la protesta generalizadas en Jerusalén y entre la población palestina en todas partes de la
 Palestina histórica.
Generalmente
 la respuesta del ejército israelí ha sido proteger a los colonos 
criminales y castigar a las víctimas palestinas, negando en última 
instancia a casi
 todos los palestinos y palestinas el acceso a su sitio sagrado.
Estas
 amenazas son tomadas en serio por la población palestina, que sufre a 
diario las consecuencias de la política oficial israelí de “judaización”
 de la ciudad,
 una política de colonización gradual de la tierra y de sustitución de 
la población nativa palestina, cristiana y musulmana, por colonos judíos
 ilegales. Esta política, que constituye limpieza
 étnica y
 crimen de guerra según el derecho internacional, se implementa a través
 de la incesante confiscación de tierras, la expansión del muro 
colonial,
 las demoliciones de casas, la apropiación de viviendas palestinas por 
parte de los colonos, los asesinatos extrajudiciales, las detenciones y 
expulsiones; todo ello apoyado por el sistema de “justicia” israelí, 
aliado incondicional en el crimen.
Este
 último ataque israelí contra la mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén 
Oriental ocupada, por otra parte, no es un incidente aislado. Cientos de
 iglesias y mezquitas
 históricas han sido destruidas desde 1948 por las milicias sionistas y 
más tarde por el Estado de Israel. El verano pasado, durante la masacre 
en Gaza, Israel bombardeó y destruyó
 73 mezquitas.
 Muchas iglesias y mezquitas palestinas han sido dañadas o profanadas 
este año por extremistas judíos en los llamados “ataques con etiqueta
 de precio”, incluyendo la Iglesia de la Multiplicación de los Panes y 
los Peces, junto al lago Tiberíades, que fue incendiada en junio pasado.
Estos
 ataques racistas y criminales contra la libertad religiosa del pueblo 
palestino son una expresión del viraje masivo de la sociedad israelí 
hacia la extrema
 derecha, de la prevalencia de un racismo colonial manifiesto, sin 
precedentes y profundamente asentado, y del odio racial contra el pueblo
 indígena palestino.
A
 prácticamente todos los palestinos y palestinas de Cisjordania y Gaza 
se les niega el acceso a Jerusalén, que está encerrada por muros, torres
 de vigilancia
 y alambrados de púas, y diariamente están a merced de ataques y 
humillaciones.
Durante los períodos considerados “de
 calma“, Israel refuerza su cerco medieval a Gaza, lleva a cabo incursiones en las ciudades palestinas, confisca sus tierras –incluso
 en el Naqab (Negev)-,
 destruye sus propiedades y construye colonias ilegales sólo para 
población judía. En el continuo intento de afianzar su sistema
 de apartheid y dominación colonial, Israel niega a la población 
palestina todo el espectro de derechos básicos, desde el derecho de las 
niñas y niños a la educación hasta el acceso de las madres a la atención
 médica, o a los agricultores la posibilidad de
 acceder a su tierra, o el derecho de los miembros de una familia a 
vivir bajo el mismo techo. Y todo esto se hace con
 la bendición de los tribunales.
En
 vista de la apatía o la complicidad directa de los gobiernos del mundo y
 de la ONU, y de la impunidad de Israel para perpetuar este sistema de 
injusticia contra
 nuestro pueblo, tanto en la Palestina histórica como en el exilio, el 
movimiento de Boicot, Desinversión y Sanciones (BDS) ha hecho grandes 
avances para reposicionar a Israel en el escenario mundial como un 
estado paria.
A
 través del boicot a las instituciones que son cómplices de las 
violaciones de Israel al derecho internacional, mediante la desinversión
 de las empresas que
 apoyan la opresión israelí, y a través del llamamiento a aplicar 
sanciones fundamentadas en los principios, el movimiento BDS ha 
aumentado el aislamiento de Israel y ha comenzado a imponerle costos a 
su régimen de ocupación, colonización y apartheid.
El Banco
 Mundial ha
 revelado que las importaciones palestinas procedentes de Israel están 
cayendo de manera significativa. Empresarios israelíes están informando
 que los inversores europeos ya
 no quieren invertir en Israel, en tanto que un estudio de la ONU confirma que la inversión extranjera directa en Israel se
 redujo en un 46% en 2014, en comparación con 2013. Un estudio de la Corporación
 Rand predice
 que el BDS puede costarle a Israel entre el 1 y el 2% de su PIB anual 
durante los próximos 10 años; y más recientemente, la
 agencia de calificación crediticia Moody’s ha informado que el BDS es una amenaza potencial para la economía israelí.
Aún
 queda mucho por hacer, sin embargo, para obligar a Israel a rendir 
cuentas y romper su impunidad, que aún es fuerte. Los gobiernos 
cómplices deben ser denunciados.
 Las empresas que están facilitando y  beneficiándose de las violaciones
 de derechos humanos por parte de Israel deben pagar un precio -en 
reputación y en ganancias. La maquinaria militar de Israel, incluyendo 
su rama de investigación, debe ser objeto de un
 amplio embargo militar internacional; y todos los gobernantes, 
oficiales y soldados israelíes que estén involucrados en la comisión de 
los crímenes presentes y pasados deben ser procesados por la Corte Penal
 Internacional, así como por tribunales nacionales
 que respeten la jurisdicción universal.
Israel no sólo oprime al pueblo palestino: está
 exportando al
 mundo su despiadado modelo de seguridad y represión. Israel está 
profundamente involucrado en entrenar y armar a escuadrones de la muerte
 en América
 Latina (a menudo como agente de Estados Unidos), en vender armas y experticia
 militar a
 las dictaduras de Asia y África (a menudo a los dos bandos de una 
guerra civil) y en la militarización de las fuerzas policiales de Ferguson, Los
 Ángeles, Londres y
 de ciudades de todo el mundo. Israel hoy en día juega un papel clave en
 la represión doméstica contra los movimientos de justicia racial, 
social, económica y ambiental de todo el mundo.
El
 Comité Nacional Palestino de BDS (BNC), que lidera el movimiento global
 de BDS, hace un llamamiento a las personas de conciencia de todo el 
mundo para que
 apoyen al pueblo palestino en su búsqueda de la libertad en este 
momento crucial, intensificando las actividades de BDS contra el régimen
 de opresión israelí. En particular, y en relación con la actual 
revuelta masiva en las calles de Palestina, hacemos un
 llamado a quienes apoyan la lucha palestina para:
- crear conciencia sobre los derechos palestinos consagrados en el derecho internacional, y a apoyar el BDS mediante la difusión en los medios de comunicación, incluidas las redes sociales;
 - presionar a los parlamentos para imponer un embargo militar sobre Israel;
 - hacer campaña contra las compañías militares israelíes, como Elbit Systems;
 - apoyar las campañas de boicot y desinversión contra empresas cómplices, como G4S y HP, que están más abiertamente involucradas en la infraestructura de opresión israelí;
 - aprobar resoluciones de BDS efectivas y estratégicas, no sólo simbólicas, en sindicatos, asociaciones académicas, gobiernos estudiantiles y movimientos sociales, que puedan conducir a tomar medidas concretas, y a intensificar el boicot cultural a Israel;
 - considerar la posibilidad de emprender acciones legales contra los criminales israelíes (soldados, colonos, funcionarios y gobernantes) y contra los ejecutivos de las corporaciones que están implicadas en los crímenes israelíes y en sus violaciones del derecho internacional.
 
Al
 igual que la generación de sus progenitores, miles de jóvenes 
palestinos(as) en Jerusalén, Gaza, Ramala, Hebrón, Belén, Yaffa, Nazaret
 y otros lugares han
 salido a las calles para protestar masivamente contra la ocupación y el
 apartheid de Israel; y sobre todo, se están sacudiendo la desesperación
 y liberando sus mentes del mito de la opresión como destino. También 
están alimentando la aspiración de todo el
 pueblo palestino a la libre determinación y a vivir en libertad, 
dignidad y en una paz justa.
Ya
 es hora de aislar al régimen de militarización, securitización y 
racismo de Israel, que representa un peligro no sólo para el pueblo 
palestino y los países
 árabes, sino para la humanidad entera.
Comité Nacional Palestino de BDS
Convoca y organiza:
Plataforma Solidaria con Palestina de Valladolid 

